Desde que se lanzó, hace más de un mes y medio, ya tiene más de 2 millones de descargas. Expertos sostienen que, a diferencia de otras apps, esta usa protocolos poco seguros y que el grado de control de los usuarios puede ser “muy alto”
Cuidar es la aplicación que presentó el Ministerio de Salud de la República Argentina destinada a la prevención y al cuidado de la ciudadanía frente a la pandemia del COVID-19. Desde su fecha de lanzamiento, el pasado 23 de marzo, ya suma más de 2 millones de descargas, entre los usuarios de iOS y Android.
La plataforma es un desarrollo público-privado que se llevó adelante desde Jefatura de Gabinete junto a la Cámara de la Industria Argentina del Software, ARSAT, el Conicet y la Fundación Sadosky, entre otras entidades. Permite, a quien se la descargue, realizar una autoevaluación de los síntomas de coronavirus, así como tramitar y portar desde allí el certificado único de circulación, que deben tener quienes realicen tareas exceptuadas durante el confinamiento.
Aunque la app tiene un mes y medio de vigencia, su nombre volvió a sonar con fuerza después de la última conferencia de prensa de Alberto Fernández, el viernes 8 de mayo. Allí, el primer mandatario adelantó que quienes se reintegraran a sus trabajos (en el marco de la flexibilización de la cuarentena) debían cumplir con los requisitos establecidos en la plataforma “Cuidar”. A partir de ese momento, se desataron todo tipo de dudas y polémicas en torno a esta aplicación.
¿Qué datos va a recopilar y de qué manera? ¿Dónde van a conservarlos y hasta cuándo? ¿Quién garantiza la integridad de esos datos? ¿Están cifrados de manera adecuada? ¿Qué pasa si hubiese filtración o un hackeo de esa información? ¿Se puede garantizar que no van a ser alterados y/o manipulados o cruzados con otros datos?
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