Una mujer se presentó en los tribunales de Concordia para denunciar a la empresa propietaria de la discoteca Costa Chaval
La denunciante es una de las personas que sufrió heridas tras romperse una mampara de acrílico durante la noche inaugural, el sábado 14 de mayo.
En uno de los primeros pasos de la investigación, un representante del Ministerio Público Fiscal se apersonó el viernes último en la Municipalidad de Concordia para requerir el expediente de la habilitación del local bailable, que le fue entregado mediante copia certificada.
Por el momento, no hay imputados. Fiscalía procura determinar si hay indicios probatorios suficientes para acreditar, prima facie, la existencia del delito de lesiones. A su vez, el acceso al expediente servirá para verificar si todo se ha hecho en base a las normas aplicables al caso. Caso contrario, de constatarse irregularidades, podría configurarse otro delito diferente: “incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos”.
La judicialización del caso viene a completar un escenario de por sí complejo y hasta contradictorio. El incidente dentro de la discoteca fue minimizado desde un comienzo por los propietarios de la discoteca, que se encargaron de resaltar que el local había abierto contando con la habilitación correspondiente.
Pero al mismo tiempo, trascendió el malestar de una funcionaria municipal, Claudia Leguizamón, porque el trámite para habilitar al boliche nunca había pasado por su área. El entredicho desembocó en la creación de una nueva sección, la Coordinación de Fiscalizaciones, y en el nombramiento de su flamante titular, Martín Amiano.
Para sorpresa de muchos, la historia no acabó allí. Este sábado, El Entre Ríos reveló que el boliche no podría abrir sus puertas nuevamente, porque la supuesta habilitación con la que había contado en la noche inaugural había sido tan provisoria que valía por un solo día.
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